Esta mañana gracias a una inspiradora presentación en TED de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi: leanin.org/education/ted-talk-we-should-all-be-feminists/ decidí escribir sobre la relación entre dos de las mujeres que mas tiempo pasan juntas. La mucama o asistenta y la dueña de la casa o madre de familia. En países de habla hispana mas del 50 porciento de las familias tiene personas de ayuda.
Para investigar comencé la búsqueda con la típica pantalla de Google. Ante mi sorpresa la entrada “mucamas argentinas ” presenta 10 entradas en la primera página, de las cuales 8 son paginas pornográficas explicitas. En cambio en la búsqueda de “asistenta española” solo 3 de ellas tiene un contenido pornográfico.
Y yo que pensaba enfatizar la importancia de generar una relación constructiva y asistencial entre estas dos mujeres, intentando argumentar que aquella con mas medios deberían asistir a las de menos recursos, que aquella con menos recursos y formación debería aprender de la otra y mejorar su calidad de vida, su educación y sus ambiciones, me encontré fría ante la pagina de Google.
Que asociación tan cruel y atroz…
Decidí buscar la frase” servicio domestico” y las entradas cambiaron radicalmente, enlaces de otra clase: leyes, artículos de periódicos, etc. Estaba claro que me elección de palabras me había llevado por mal camino. Investigué mas y el resultado era el mismo, independientemente del país, todos de habla hispana, la palabra MUCAMA se asocia al PORNO.
Definitivamente borraré esa palabra de mi vocabulario a partir de ahora. Como todas las grandes cosas, todo empieza con un pequeño paso.
Pequeñas historias de discriminación y objetivación.